Peramola

Capital de municipio

El pueblo conserva restos del encanto medieval presentes en su muralla, las arcadas de las estrechas casas, ventanas de piedra y en su estructura organización circular.

La iglesia parroquial de San Miquel, de origen románico, se encuentra en la Plaza Josep Roca, que está rodeada de un conjunto de edificaciones antiguas de la bella arquitectura, presentando un encanto especial y pintoresco al lugar, aumentado por el refrescante baño de las carpas que perezosas se mueven por las aguas de la balsa.

Pueblo de agua, en Peramola puede disfrutar de un agradable paseo por el Camino de las Fuentes, ir de excursión hasta la cascada del Clot de la Font Viva o bien llenar sus cantimploras de las fuentes de dentro de la Villa.

Tragó

Entre dos valles

La tradición verbal atribuye el nacimiento de Tragó al asentamiento de un grupo de gente que proviene de otro lugar homónimo: el Tragó que centurias atrás se levanta en la sierra de Ares.

A Tragó, hay tres calles que miran hacia el río Segre, la más distintiva podríamos decir que es la Calle del Horno. Podemos visitar dos plazas, la Plaza del Colegio y la plaza del Valle, donde se celebran todas las actividades del pueblo y el certamen literari Guillem de Belivasta (último Cátaro que pernoctó en Tragó).

Las cercanías de Tragó son unas extensas llanuras agrícoles que llevan a bonitos espacios que nos permiten descubrir bonitos bosques del Río Segre mientras hacemos una ruta de poca dificultad a pie o en bicicleta.

Nuncarga

El caserio

Emplazado en la parte meridional del término, a la izquierda del Torrente Salat, hay el caserio de Nuncarga. La minúscula piña que forma el núcleo urbano actual se documenta en 1640.

El núcleo (formado por un conjunto de casas de payés y granjas) está situado al pie de todas las montañas que componen el término municipal de Peramola. Es un mirador perfecto para contemplar el esplendor del pantano de Rialb. Nuncarga y Tragó comparten la parroquia de Santa Llúcia que es bien de interés local.

Cortiuda

En medio de la naturaleza

A medio camino, antes de llegar a Cortiuda, podemos contemplar el macizo rocoso donde se encuentran los restos de San Salvador, ermita románica cercana a la masía de Montlleví.

Llegados al caserio, a un centenar de metros de las casas del pueblo, bajo un espolón rocoso encontramos la iglesia de San Martín, pequeño ejemplar románico, muy reformado, con capillas laterales.

A Cortiuda también encontramos fuertes evidencias de enterramientos prehistóricos: el dolmen llamado la Piedra de los Tres Señores. Este megalito hace de hito y rompe entre los términos de la Baronia de Rialb, Peramola y Gabarra. Sus restos se encuentran en el Museo Diocesano de Solsona (como todos los restos prehistóricos encontrados en el municipio)

Castell-llebre

Enclavada en una fortaleza

Orgullosamente enclavado sobre los restos de la fortaleza del mismo nombre, en un lugar privilegiado que domina sobre la ribera del Segre, encontramos la iglesia de Castell-Llebre. Una construcción originalmente románica, como el campanario, con categoría de parroquia hasta 1904, fecha en que pasa a depender, como santuario, de la parroquial de Peramola.

Una de las caminatas más cercanas de hacer desde Peramola es ir hasta la ermita de Castell-llebre. Durante el camino podemos disfrutar a nuestros pies de una ancha y larga franja de tierras de cultivo mayoritariamente de secano, que bajan a tocar el fondo del valle, justo en la raya del Segre.

Esta zona del municipio prepirenaico conserva el encanto de su época prehistórica a sus bosques y acantilados donde se pueden encontrar numerosos yacimientos: como la Roca dels Moros (Patrimonio Nacional de la UNESCO).